lunes, 25 de mayo de 2009

Es el amor de mi alma desde que yo supe amar...

Siempre es peligroso inventarse cosas,
pero es igualmente peligroso el reducir.
La Asunción indudablemente es un regalo
que expresa el cariño de Dios por la Virgen,
en todo igual y en todo diferente de los hombres.
Pero no puedo por menos de pensar que, al mismo tiempo,
es la única manera de que pudiera ser
verdaderamente nuestra madre.
Seguro que Dios la quería cerca,
como Hija, como Esposa, como Madre...
Pero vio que el hombre difícilmente
podría aceptar que Dios nos diera una madre "muerta"
que debía aguardar como todos al último día
para volver a ser plenamente ella.
Dios la resucitó y la llevó a los cielos
para que estuviera con él,
pero también para que pudiera estar con nosotros.
Tenía que ver a Dios como a nadie le es dado ver
para que pudiera estar del todo a nuestro lado...
¿Recordáis lo que dice Jesús cuando habla de los niños...
"Sus ángeles ven cada día el rostro de Dios"?
Hay que ver cada día el rostro de Dios
para que no se apague nunca en el corazón de nadie
el amor al hombre.
Es el amor que se ve reflejado en el rostro de Dios,
y que mantiene vivo en todos el amor,
también el amor por el hombre.
María, por voluntad de Jesús...
por voluntad de Dios Padre, Hijo y Espíritu
es para siempre Madre...
del Hijo de Dios, de cada hijo de Dios,
es mi Madre, es tu Madre, nuestra Madre.

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