domingo, 17 de mayo de 2009

Os he dicho todo lo que he oído a mi Padre...

¿Cómo llamar a Dios?

Todo se queda corto.

Porque no son sólo Padre, Hijo y Espíritu en un solo Dios.

Dios es todo un “mundo” de relaciones entre los tres.

Saber que son Tres en Uno es seguir sabiendo poco.

¿Quién es cada uno para los otros dos?

¿Qué relación puede mantenerles unidos y,

si se me permite decirlo, cada vez más estrechamente unidos?

Alguien dirá que para qué saberlo…

Pues no lo sé,

pero, si son distintos,

¿cómo cada uno se conforma, se alegra con lo que es

sin que nada les haga envidiar ni ser lo que son los otros?

Ha de ser una manera increíble de ser,

porque a ninguno le falta lo que son los demás

ni nadie se reserva lo que es.

Ser Uno no es sólo un misterio,

es una realidad llena de riqueza, de luz, de felicidad.

Lástima que al hombre sólo le preocupa ¡cómo puede ser!.

Para ser Dios hay que saber todo eso, ¡qué duda cabe!

Pero para ser hombre hace falta mucho menos;

nos basta y nos sobre con lo que Él nos ha revelado.

Posiblemente sepamos muy poco de nosotros

cuando nos cuesta tanto serlo…

No sé qué pensaréis vosotros,

pero ya personalmente cada vez me maravillo más

de que Dios sea el que es a pesar de ser todo lo que es.

…yo os he llamado amigos porque os he dado a conocer

todas las cosas que he oído a mi Padre.

Tal vez no baste oír, tal vez no baste saber...

porque si lo que Jesús oyó

tuvo el poder de hacer de él todo lo que fue,

¿Por qué no puede hacer de nosotros

todo lo que hizo con él?

Sólo nos dijo una palabra para definirle,

para relacionarnos con Él: Padre...

Seguro que no necesitamos saber más...

El resto es sencillo…basta dejarse hacer por Él

¿No oímos?… ¿No amamos?... ¿No queremos?