miércoles, 27 de mayo de 2009

Yo soy el que soy... ¿Sois vosotros los que sois?

¡Que se mantengan unidos, Padre...!
¡Que sepan mantenerse en su sitio,
en el lugar de su cruz, con los brazos abiertos!
Que vivan su vida en medio del mundo,
porque es allí donde está en juego la vida.
Y es allí donde hay que apostar por la vida.
Yo tuve que venir... mi mundo era otro.
Ellos han nacido aquí...
y aquí tienen que vivir; es su mundo.
Corren el riesgo de hacer lo de todos
aunque sea desde "otro bando":
huir de quien les persigue,
rechazar a quienes les rechazan.
Dios no puede ser la razón,
ni siquiera la excusa
para mantenernos divididos, enfrentados.
Los míos han de ser el mejor testimonio
de que yo soy diferente...
¡que no soy el que piensan!
¡que no soy el causante de sus males!
¡que no soy su perseguidor
ni el que les abandona!
¡Guárdalos, Padre, pero no los saques del mundo!
Tú sabes que los hombres les necesitan,
y sabes que nosotros también.
Que sean uno con nosotros,
que vean en ellos quién es Dios,
quiénes somos nosotros, Tú, el Espíritu, Yo...
¡Que descubran quiénes pueden ser ellos,
y cómo cambiaría el mundo
si se deciden a cambiar... a dejarse cambiar!