viernes, 13 de marzo de 2009

Todo cambió con Jesucristo, aun cuando lo veamos todo igual

Si invocas a la inteligencia
y llamas a la prudencia,
si la procuras como el dinero
y la buscas como un tesoro...
Es del libro de los Proverbios.
Alrededor de hace unos 2500 años se escribe,
pero seguro que se practica
de muchos años antes.
Es curioso cómo el oro, los tesoros
son desde casi siempre
término de comparación.
No sé qué pensaréis, pero yo diría que,
aun cuando oro y tesoros sean buenos,
cuando se convierten en lo primero, en lo mejor,
dejan, sencillamente, de ser buenos.
Los viñadores no lo sabían,
pero en el momento en que la viña
dejaba de ser del "Señor" para convertirse en suya,
en ese momento la tierra se hacía estéril,
las vides dejaban de dar racimos.
En la vida no sucede de modo diferente:
Cuando el hombre deja de lado a Dios,
deja de ser todo lo que era con Dios.