viernes, 24 de abril de 2009

¡Lo verdaderamente admirable es que Dios nos ame!


El que las cosas sucedan
como suceden desde siempre
no les quita ningún valor.
Unos granitos de trigo, sol, agua, tierra...
Eso es un pueblo que come, que vive...
¿No es suficiente milagro?
Pero sucede hace tanto tiempo
que a todo eso lo llamamos normal, natural.
¿Es natural que vivamos, o es también un milagro?
Amigos, detrás de la vida está Dios,
y me encanta que así sea,
porque así sé que no soy una casualidad,
así sé que soy importante para ALGUIEN;
¡así sé que soy importante!
y que los demás también lo son.
¡Qué gran milagro el de multiplicar los panes...!
Ese milagro es pequeñito.
La maravilla es que Dios se fije
en que el hombre tiene hambre...
Lo que menos le cuesta a Dios es darle de comer.
¿Qué creéis que le pasa al hombre?
Si hay tanta gente con hambre
no es porque los demás
no tengamos con qué alimentarles;
lo que nos falta no son alimentos,
nos falta sensibilidad, nos falta amor.