jueves, 23 de abril de 2009

Detrás un modelo... delante un sueño...


Los santos, amigos de Dios, son ante todo
un modelo para nuestras vidas.
Pero no conocemos su vida...
sólo la que el pueblo le atribuye.
No le recuerdan sólo por lo que fue,
sino porque todo eso que le atribuyen
desearían que se hiciera realidad en sus hijos.
Hombres y mujeres nacen en los pueblos,
pero no son los pueblos
los que hacen a sus hombres y sus mujeres;
son éstos los que hacen los pueblos.
Detrás de cada santo o santa que recordamos
está un sueño...
el que nos gustaría fuera nuestro pueblo...
Un pueblo en el que encontrara ayuda el indefenso,
justicia el que padece injusticia,
un puesto quien lucha contra la ignorancia
un hogar en el que poder vivir,
amar y sentirse amados,
un camino, unas huellas, un apoyo
quien busca a Dios y a los hombres.
¡Felicidades a quienes llevan su nombre!
Y felicidades, sobre todo,
a los que siguen sus huellas.